martes, 25 de julio de 2017

Hodei, un niño Feliz




                                               HODEI 
                                      
                             UN  NIÑO  FELIZ



   Hodei y sus papas estaban de vacaciones.  La lluvia no cesó durante la mañana.

¡Tuvieron una idea genial!. llevar al niño a jugar a los bolos.

Hodei estaba contento, sin  conocer que clase de juego era

 -"Que sitio tan grande y bonito "-pensó.

Su curiosidad le animó a acercarse a mirar las grandes bolas, para aprender el juego nuevo.
-
Hodei  cariño-le informó su mama, primero hay que ponerse unos calcetines y unas zapatillas, para no resbalarse.

Los tres preparados comenzaron el juego, la bola pesaba y el placer de tirar 

los bolos le  compensaba.

Durante una hora larga... jugaron, ¡que feliz estaba Hodei!

No le importaba ganar, con pasar la tarde en  "la bolera "le bastaba.

Ganó papa, se quitaron las zapatillas y Hodei guardo  en el bolsillo los calcetines tan bonitos con rayas negras .

Tenían hambre  y  fueron al bar a merendar, ya cansados volvieron al hotel, subieron al coche, seguía 
lloviendo.

Esa noche Hodei durmió con los calcetines puestos, por la noche entró en calor y se los quito sin darse cuenta.

Al despertarse encontró un calcetín, el otro por mucho que revolvió no lo pudo encontrar
,se quedó muy triste...

Bajaron a desayunar y de nuevo volvieron a la habitación a buscar el calcetín de rayas negras, la camarera 
había limpiado ya la habitación, y tampoco lo  encontraron.

La mama viendo la tristeza  de  Hodei,  acudió a recepción  y  les explicó el contratiempo con el calcetín.

Todos buscaron el calcetín  de rayas, en la lavandería, en la plancha para que hodei  recobrara su alegría

Cuando partían  del hotel una camarera les llamó paro y les entrego un envoltorio, al abrirlo sorpresa... el calcetín de rayas apareció

¡Lo habían encontrado y Hodei de nuevo era feliz...
                                         

lunes, 10 de julio de 2017

AMAIA Y LA SEÑORA CANGURO





                                          AMÁIA   Y  LA SEÑORA CANGURO

Esta es la historia de Amáia: era una niña muy feliz que vivía en un caserío del norte del país vasco, con sus padres y hermanos y también con los animales que había en el caserío
ayudaba a cuidar  con mucho cariño a los terneros.
Los años iban pasando y Amáia se hizo mayor y sucedió algo inusual en ella,conoció un chico y se enamoró locamente de él, sintió mucha,   mucha  felicidad que hasta entonces no había sentido y a él le ocurrió lo mismo, se enamoró de la chica más bonita de todos los caseríos.

Un día decidieron casarse 

 y así ser felices para siempre. Pasado un tiempo, sus amigas y gente cercana empezaron a decirles

—Tenéis que tener un hijo, os hará ser más felices, tener un bebe es lo más grande para una mujer—...

Amáia se quedó embarazada.

Y todos le decían ¡Que bien, que alegría!
—Estarás feliz.
Y ella contestaba.
—Si, si muy feliz.
—Cuando nazca, serás más feliz.

Ella estaba deseando que naciera el bebe. después de nueve meses en su tripíta el ansiado bebe nació. Todos le decían:
—Que alegría, estarás contenta—ella contestaba, si, si estoy feliz.

Amáia miraba a su niño y se ponía triste y lloraba y lloraba...No sabía porqué, todo el mundo le había dicho que tenía que sentir muy feliz.
Pasaban los días y aumentaba su tristeza.

—Amáia—pensó—.No puedo cuidar así a mi bebe¿Alguien podría cuidar a mí niño hasta que yo sonría, y pueda ser feliz?

Preguntó a mucha gente, si lo querían cuidar,todos le decían:
—No,no...el niño es tuyo.

Amáia lloraba y lloraba...

Tuvo  una idea, preguntó a los animales de la granja, a la vaca, a la yegua, a la oveja...Y todos le contestaron:
—No, no...ya tenemos a nuestras crías, el bebe es tuyo, cuídalo tú.
Así que siguió buscando. Se enteró que en un caserío habían traído animales nunca vistos por allí, de países lejanos.
Subió  al caserío y se quedó maravillada; había una yegua con rayas y otra con el cuello muy... largo, se acercó a ellos y les preguntó:¿Queréis cuidar a mi bebe hasta que yo sea feliz al mirarlo?, y no llore tanto.

Y le dijeron; no, no...es tuyo cuídalo tu. 

Entonces  vio un animal a lo lejos  muy raro y grande, daba grandes saltos, tenía unas patas largas y fuertes y tenía un corte en la mitad del cuerpo, se fue acercando y descubrió  una barriga como una bolsa y llevaba allí a su cría y pensó.
—¿Quizás ese animal me ayude?...

Amaia retrocedió  al  caserío  y preguntó por su nombre, le dijéron que se llamaba" Canguro".

Amaia se acercó de nuevo al Canguro y le preguntó educádamente.

—Sra Canguro¿ Quiere cuidar de mi bebe  hasta que yo sea feliz al mirarlo y no llore tanto?

La sra Canguro miró a los ojos a Amaia y vio en ellos tanta tristeza, sintió mucha pena una niña tan joven y le dijo:—¡ pues claro que quiero!, en esta bolsa que yo tengo entra otro bebe más.

Amaia se sintió aliviada.—Cuando no esté triste volveré a por mi bebe, dile que es el bebe de Amaia.
—.Claro que se lo diré, y que estará  conmigo hasta que su mama esté feliz.

Pasó un tiempo y Amaia visitaba a su bebe, mientras fue creciendo junto a la sra Canguro.
Un día vio a su bebe y sintió una gran alegría y felicidad al abrazar al niño.
—.Ya no veo tristeza en tus ojos—le dijo, mama Canguro, es felicidad y alegría. ¡Yo creo que ya estás curada!.
Amaia le  miró y agradecida—.Yo también lo creo—respondió, sin tu ayuda no me hubiera curado, ni hubiera recobrado la sonrisa y felicidad que todos me  auguraban; ¡Gracias, gracias señora Canguro.

Amaia tomó en brazos a su hijo y se dirigió a su casa contenta y dispuesta a seguir con su vida

Las personas que protegen y cuidan a  los hijos de otras mamas se les llama Canguro en honor  a la señora Canguro que cuidó al hijo de Amaia.

(Eta hala ba zan sar dadila kalabazan)

¡Y  colorín, colorado este cuento se ha acabado!


Esta cuento ha salido del gran amor de cuidadora de Karmele 
gracias  a que me lo ha cedido, ha  salido a la luz para  que vosotros podáis disfrutarlo...

¡Gracias karmele !!!